Según los últimos documentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), es urgente detener la deforestación de las cadenas de valor agrícolas. Dado que el 90% de la deforestación es provocada por la agricultura, el gran desafío es encontrar nuevas formas de producir alimentos que no avancen sobre los bosques.
En Argentina, el principal bosque a cuidar es el Gran Chaco, el segundo más grande de Sudamérica después del Amazonas. Mantener el monte chaqueño en pie no sólo beneficia a los pobladores locales sino a todo el mundo, incluyendo la fijación de carbono, la conservación de la biodiversidad y la retención del agua. Estos servicios ecosistémicos, a largo plazo mitigan los efectos del cambio climático, mejoran la productividad de las tierras productivas de todo el mundo y aumentan la seguridad alimentaria